- Escribe la frase más importantes en un trocito de papel.
- Pon ese papel en un lugar visible, por ejemplo en pegado a una pared. Si lo prefieres, también puedes llevarlo contigo guardado en la billetera.
- Lee la frase tantas veces como necesites al día, pero como mínimo hazlo 10 veces al principio del día y otras 10 veces al final del mismo. Te recomiendo que leas la frase en soledad y con los ojos cerrados, porque así evitarás distracciones y te concentrarás más en su significado.
- Repite el paso 3 durante varios meses, hasta que la frase se te haya grabado en la mente y te venga a la memoria sin necesidad de pensar.
Si quieres correr deprisa hazlo sólo, si quieres correr lejos hazlo en compañía.
El mundo está cambiando tan rápido, que ya no es el grande quien gana al pequeño, sino el rápido quien gana al lento.
Es mejor ser el primero, que ser el mejor.
Compra con el sonido de los cañones, y vende cuando suenan los violines.
Los clientes compran soluciones a sus problemas, no productos o servicios.
La victoria supone observar los detalles y cambios que nos favorezcan.
No tenemos que dejarnos influir por la competencia, en especial si se precipita.
Una empresa que arranca sólo debe gastar dinero en aquello que le permite multiplicar el dinero.
No se vive el tiempo suficiente para aprender todo lo que se necesita para saber partir de cero. Para tener éxito es absolutamente necesario encontrar a las personas que ya han pagado el precio de aprender las cosas necesarias para lograr nuestros objetivos.
Cada empresa necesita un plan de negocio, sino es como un barco sin rumbo.
Por cada amenaza hay por lo menos una oportunidad.
Hay que evita cualquier conflicto legal, los abogados sólo buscan litigios porque así cobran más honorarios.
A los empleados hay que alabarlos en público y corregirlos en privado.
No hay que pensar en pequeño, porque la empresa será pequeña.
Hay que amar el cambio, porque el mundo y el mercado cambia constantemente.
Mantén el negocio lo más “delgado” y “libre” que puedas, porque te permite ser flexible para cambiar de rumbo.
Escoge los buenos clientes, y deja el resto a la competencia.
Ofrece productos o servicios que satisfagan a la mayoría de tu mercado objetivo. Satisfacer al 100% es demasiado costoso.
Escucha a todos, pero no hagas caso a todos.
Lanza tu proyecto con lo mínimo, para ir mejorándolo con la respuesta del mercado.
Deja opciones a los clientes, pero no excesivas.
No quedes atrapado en “la parálisis por el análisis”, actúa.
Evita las reuniones, o al menos limítalas al máximo.
Es mejor ser el primero, que ser el mejor.
Compra con el sonido de los cañones, y vende cuando suenan los violines.
Los clientes compran soluciones a sus problemas, no productos o servicios.
La victoria supone observar los detalles y cambios que nos favorezcan.
No tenemos que dejarnos influir por la competencia, en especial si se precipita.
Una empresa que arranca sólo debe gastar dinero en aquello que le permite multiplicar el dinero.
No se vive el tiempo suficiente para aprender todo lo que se necesita para saber partir de cero. Para tener éxito es absolutamente necesario encontrar a las personas que ya han pagado el precio de aprender las cosas necesarias para lograr nuestros objetivos.
Cada empresa necesita un plan de negocio, sino es como un barco sin rumbo.
Por cada amenaza hay por lo menos una oportunidad.
Hay que evita cualquier conflicto legal, los abogados sólo buscan litigios porque así cobran más honorarios.
A los empleados hay que alabarlos en público y corregirlos en privado.
No hay que pensar en pequeño, porque la empresa será pequeña.
Hay que amar el cambio, porque el mundo y el mercado cambia constantemente.
Mantén el negocio lo más “delgado” y “libre” que puedas, porque te permite ser flexible para cambiar de rumbo.
Escoge los buenos clientes, y deja el resto a la competencia.
Ofrece productos o servicios que satisfagan a la mayoría de tu mercado objetivo. Satisfacer al 100% es demasiado costoso.
Escucha a todos, pero no hagas caso a todos.
Lanza tu proyecto con lo mínimo, para ir mejorándolo con la respuesta del mercado.
Deja opciones a los clientes, pero no excesivas.
No quedes atrapado en “la parálisis por el análisis”, actúa.
Evita las reuniones, o al menos limítalas al máximo.
Contrata poco a poco, para que los nuevos trabajadores se integren bien.
Prioriza la contratación de trabajadores generalistas que aprendan rápido.
Si puedes, regala o invita a probar algo de tu producto o servicio para ganar nuevos clientes.
Y mi frase favorita, dado que empecé en las Finanzas: A mayor riesgo mayor rentabilidad.
Escribo para ti, así que tu opinion es muy importante para mí. Si te ha gustado el artículo por favor deja un comentario y ayúdame a difundirlo a través de Redes Sociales y email.
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