Una de las tareas más difíciles de dominar en una empresa, es la venta. Por mucho que leas o te formes sobre ella, su alto componente emocional la hace complicada. Me refiero a tener la motivación suficiente para salir a vender tu empresa todos los días y además superar el rechazo de un potencial cliente. De todas formas hay una serie de errores, que hay que conocer y evitar a toda costa.
Aquí te dejo 8 de los múltiples errores que se pueden cometer:
- No aceptar las preferencias y gustos del cliente: en la venta nos tenemos que guardar nuestros gustos personales, para no tener la tentación de imponerlos al cliente.
- Saber si hay suficiente stock de producto en el almacén para atender los pedidos: pero por un doble motivo, no perder una venta y no poder cumplir con un cliente con el que hemos cerrado una venta.
- Equivocarse al escoger nuestros clientes: por eso es fundamental empezar con un plan de marketing básico que defina a que tipo de cliente se dirige nuestro negocio.Quién es, por qué compra, dónde está, etc.
- Empezar con precios demasiado bajos: es la opción más fácil cuando se lanza una empresa al mercado, así conseguimos clientes rápidamente pero a la larga saldremos perdiendo. ¿Sabes por qué?, porque si tus gastos y costes aumentan, tus beneficios podrían convertirse en pérdidas y el mercado reaccionará muy mal a una subida de precio. Así que si quieres empezar con precios bajos, haz promociones de lanzamiento.
- Equivocarse de nicho: un nicho es una pequeña parte de un mercado, lo cual tiene como ventaja poder conocerla perfectamente para satisfacer sus necesidades. Pero el gran riesgo para el emprendedor es que ese nicho no sea rentable. Es decir, podemos conocer muy bien las necesidades de esos clientes e incluso llegar fácilmente a ellos, pero sino están dispuestos a pagar el precio que nos permita tener beneficios tendremos un grave problema.
- Dar demasiadas opciones: es una cuestión de psicología, cuanto más opciones nos dan más nos cuesta decidir. Así que lo mejor para cerrar una venta es dar un máximo de tres opciones claramente diferenciadas. Para ello podemos cambiar el precio, la calidad, la cantidad, el plazo de entrega, la forma de pago, etc.
- No realizar el seguimiento de la venta: a diferencia de lo que muchos comerciales piensan, para una empresa la venta acaba cuando se cobra. Por eso hay que estar muy pendientes de todo el proceso y no sólo de la parte inicial hasta que se capta al cliente.
- Reunirse con un cliente sin haberse preparado: a veces por falta de tiempo se va a entrevistas con potenciales clientes sin conocer qué hace, qué puede necesitar de mí, y cómo puedo cerrar la venta. Aunque la venta tiene una parte de improvisación, cuanto más la preparemos más fácil será cerrarla. Realizar un estudio básico del potencial cliente no debería de llevarnos más de media hora, gracias al uso de Internet. Pero te puedo asegurar que aunque te lleve más tiempo merece la pena. Piensa en que si aumentas tu efectividad y consigues el mayor número de ventas por visita, tendrás que realizar menos visitas y menos presupuestos. Lo que a la larga se traduce en mayores ingresos con menos tiempo.
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