sábado, 8 de junio de 2013

Cómo y cuando cerrar una empresa

Cerrar una empresa es un trago amargo pero imprescindible en muchos casos. Y si en otras ocasiones te he hablado sobre cómo emprender un negocio con éxito hoy te quiero dar unos consejos para evitar que las deudas o las pérdidas sigan aumentando. Existe mucha información sobre cómo emprender el negocio pero muy poco sobre cómo afrontar correctamente un cierre necesario. Porque de hacerlo bien, un cierre no supondrá el fin de tu carrera como emprendedor sino un pequeño bache en el camino.
  • Analiza periódicamente la situación económico - financiera del negocio porque si llevas bien la contabilidad el análisis de los números te permitirá tomar mejores decisiones. Para ello analiza la situación de la liquidez de la empresa (nivel de tesorería), su endeudamiento (tanto en cuanto al volumen como a su calidad en función del plazo y otras condiciones), y por último su solvencia (capacidad para afrontar las deudas con los bienes, derechos y tesorería de la empresa). La comparación de los análisis actuales con datos históricos y sobre todo con las proyecciones futuras, permitirá prepararse y afrontar situaciones de crisis.
  • Buscar salidas a las situaciones de crisis detectadas en el análisis anterior. Es lo que se suele llamar como "plan de viabilidad", que tiene como objetivo generar tesorería a corto plazo e ingresos suficientes a largo plazo. El plan parte de un análisis de las debilidades y fortalezas de la empresa así como de las amenazas y las oportunidades del entorno. Es lo que se conoce como el análisis o la matriz DAFO. Tras este análisis se fijarán objetivos que se traducirán en medidas para aumentar la tesorería, reducir costes, o aumentar ingresos. Junto con el plan de viabilidad se suele redactar un plan de contingencia (un "plan B") por si el plan de viabilidad no cumple sus objetivos con éxito.
  • Vender el negocio mientras la empresa pueda tener algún valor para un tercero. Porque dar la vuelta a una situación de crisis suele requerir de profesionales expertos y de elevadas cantidades de capital. Para la venta se puede realizar por partes (para obtener un mejor precio) o por completo. Porque muchos negocios en crisis sólo tienen de valor la cartera de clientes o ciertos activos como por ejemplo los inmuebles.
  • Disolver y liquidar de manera ordenada el negocio en caso de que la venta no sea una opción. Este proceso supone hacer líquidos (dinero en efectivo) todos los activos (bienes y derechos) para con la tesorería resultante hacer frente a las deudas. Durante este proceso podemos negociar rebajas (quitas) con los acreedores en el importe de las deudas.
  • Negociación judicial es la última solución para superar una situación de crisis, y se llega a ella cuando se ha fracasado en las soluciones anteriores o cuando la situación de crisis no ha sido prevista con suficiente antelación. Todo proceso judicial es costoso y difícil, pero llegado a este punto la legislación de cada país puede jugar a nuestro favor o en nuestra contra (si respondemos de las deudas de la empresa con nuestros bienes personales). La gran mayoría de las empresas que entran en una negociación judicial (proceso concursal en España) no suelen superarlo, porque los acreedores prefieren ejecutar sus créditos en vez de llegar a un plan de pagos acorde con la situación económico - financiera de la empresa. Pero, y según la normativa de cada país, también existe la posibilidad de comprar la propia empresa a un valor liquidativo muy inferior al valor real. Lo que en la práctica se traduce en que el mismo empresario compra la empresa en crisis a través de una nueva empresa, al valor que se fije en la subasta. Lo que le permite seguir con la actividad, libre de deudas y de manera totalmente legal.


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